viernes, 31 de diciembre de 2010

Plantando las bases del Exito. (y de la Felicidad)

No sé lo que es el éxito, en realidad no puedo definirlo. Sé que varía de acuerdo a cada persona, Así que voy a dar mi propia definición de lo que creo es, una persona exitosa:
"Alguien que valora su vida tal cual es en todos los aspectos, y que ama lo que hace"
Honestamente, segun mi propia definición, el 60% de mis dias del 2010 no he sido una persona exitosa. El 60% de los días solo veía el vaso medio vacio y dudaba constantemente de mi oficio, de mi profesión. No es fácil ser vendedor profesional y dudar de lo que uno es y lo que uno hace, cuando el éxito de cada día en este trabajo exige que creas constantemente en vos mismo.
Como hace varios años me prometí seguir siempre a mi corazón y mi espíritu, en este último año los "darme cuenta" se produjeron por docenas. Uno de ellos tiene que ver con el redescubrimiento de uno de los pilares del verdadero éxito.
Tengo 29 años, soy padre hace 10, dos hijas. Tengo 29 años, estoy casado y feliz, con la misma mujer que que me acompaña desde mis 16 años. Todos los días estas tres mujeres más mi perra (Sí, otra mujer) me esperan y me reciben con una alegría tal que si pudiera filmarlas sería la envidia de muchos.
¿Cúal es el problema? Hasta mis 16 años yo era casi un prodigio: casi todo 10 en la escuela, teatro, olimpiadas matemáticas, banda de música, ingles, y hasta me ofrecieron las llaves de la escuela. Imagínense los aplausos orgullosos de toda la familia, papá, hermanos, tíos, tíos segundos, abuelos, primos, filas completas de butacas en el teatro solo de mis familiares, por no agregar maestros, directivos, la lista sigue. Ahora imaginen que todos esos aplausos, por las decisiones de mi vida se empiezan a ir, casi no queda nadie, ni se escuchan.
Automaticamente fui buscando "ser alguien" tratando de complacer a los demás, conseguir ese "título" para que los aplausos volvieran. ¿Saben qué? Había seis manitos que no dejaron de aplaudir ni un solo minuto, que me alentaban y me soplaban la letra en esta gran obra de teatro que es la vida. y yo mirando las butacas vacías...
Hace poco le dije a mi gran entrenador en ventas y amigo, Raul Gonzalez: "Es que yo quería ser más que un marido y un padre que trabaja y lleva la plata a casa" y él, con su gran sabiduría, me miró fijo a los ojos y dijo: "¿y te parece poca cosa?"
Tengo 29 años, y con la ayuda de Laura, mi compañera, logré crear la mayor obra que un hombre puede hacer: "Una familia"
Valorar lo que uno tiene es la base fundamental para los logros que vienen. Es algo así como si Dios te dijera: "Si no ves lo que te di, ¿para qué te voy a dar más".
Voy a dedicar todo este 2011 y toda mi vida a esa tarea.